Creará formas de consumo de electricidad aún no imaginadas
A pesar de que la transmisión de electricidad sin cables de forma imperceptible y masiva aún parece en nuestros días un tema de ciencia ficción, lo cierto es que hace más de 100 años, Nikola Tesla ya soñaba y apostaba por ella. El científico, que contribuyó drásticamente a la tecnología eléctrica con inventos tales como la máquina de inducción, honor compartido con el italiano Galileo Ferraris, trabajó en la transmisión inalámbrica de energía, llegando a ambicionar la capacidad de hacerlo de lado a lado del océano Atlántico. Para ello, diseñó y construyó la torre Wardenclyffe, cuyo concepto puede verse aquí. Lamentablemente, este proyecto se vio frustrado por razones de financiación antes de que el científico pudiera demostrar completamente la viabilidad de transmitir energía de forma inalámbrica a largas distancias.
Los primeros dispositivos capaces de cargarse de forma inalámbrica lo hacían mediante inducción magnética, fenómeno físico empleado, por ejemplo, por transformadores eléctricos. Pero este fenómeno sólo es capaz de transmitir grandes cantidades de energía si el medio por el que lo hace tiene una alta permeabilidad magnética o si la distancia no supera unos pocos centímetros. Las tecnologías actualmente en desarrollo consiguen resultados mejores, basando su funcionamiento en el acoplamiento resonante entre emisor y receptor. Así, en los últimos años, científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) lograron iluminar una bombilla de 60 vatios de forma inalámbrica utilizando dos bobinas mediante el fenómeno de acoplamiento resonante a una distancia de varios metros. Estos desarrollos supusieron el impulso para que empresas privadas comenzaran a comercializar productos como cargadores inalámbricos de vehículos eléctricos o cargadores de componentes electrónicos como ordenadores o teléfonos móviles que no precisan conexión por cable. Por ejemplo, la empresa Reach Labs prepara una red inalámbrica de abastecimiento de electricidad para edificios que permite alimentar sensores móviles ubicados, por ejemplo, en el interior de una fábrica; lo que reduce las necesidades de mantenimiento y permite mayores niveles de desempeño en el envío de información. Otro caso de uso aún por desarrollarse comercialmente y que desconocemos hasta dónde puede llegar, es el que presentan empresas como HEVO, que hacen una propuesta para facilitar el proceso de carga de vehículos en sus aparcamientos, lo que podría llegar a permitir la carga de automóviles durante su desplazamiento por una carretera, como propone Qualcomm y puede verse aquí.
Sin duda, el desarrollo tecnológico futuro permitirá abaratar estos sistemas y hacerlos más eficientes, y quizás haga que estén presentes en las autopistas que recorremos, en nuestras oficinas y hogares. Quizás en ese futuro no haya necesidad de dispositivos con baterías, e igual que reciben información mediante Wifi, recibirán energía y se cargarán sólo al estar en casa, sin enchufe alguno.